jueves, 5 de julio de 2007

Ternura

A mi hija Nathalia

No llores mi niña
que motivos no hay para llorar.
Sonríe mas bien,
esa mano
que mueve el sonajero
no es la mía,
es la de Dios.


Regalo

A mi hija Angela


Milagro de ángel que llenó mis vacíos,
luz azul que calmó mi oscuridad.
Carta con remitente celestial
que llegó a este mundo
para alegría de mi espíritu.
Inmenso pedazo de ternura,
mi niña adorada.
Gota de agua bendita
que destruye mis demonios
y me santifica.
Caramelo perpetuo de miel y canela
que mi boca endulza
para alabarte con palabras de amor.

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