jueves, 5 de julio de 2007


Mea culpa

Me siento culpable
de la tristeza que te está embargando.
Me siento culpable
de las lágrimas que estás derramando,
por eso vengo con las manos llenas de amor
para ti, tan solo para ti.
Con manojos de albahaca y yerbabuena,
con palabras en desorden
que convertiré en poemas
para ti, tan solo para ti.
Traigo la balanza de San Miguel
y los versos de Benedetti,
las mejores uvas de la vendimia
y, de mi despensa, los alimentos del alma,
para ti, tan solo para ti,
que lloras por mi culpa.

Búscame

Si me quieres encontrar
búscame entre la gente que llora,
entre los hombres que perdieron la fe.
Búscame en los ríos sin cauce,
en los caminos de Diógenes.
Búscame entre los que entregaron las armas,
entre los que dejaron de orar.
Búscame en los bosques desnudos,
en los labios sin besos,
en las esperanzas oxidadas,
en la guitarra sin cuerdas,
en el candil apagado,
en el espejo sin rostro.
Búscame en el tren que lleva al dolor,
en la navaja de Mackie,
en el Apocalipsis, en la hiel,
en los ojos de Homero,
en la agonía del Nazareno.
Búscame allí, a donde tu desdén
un día me envió.

Al revés

Todo esta al revés,
desde que decidiste,
en tu terca voluntad,
colgar en el armario del olvido
los vestidos raídos
del amor que nos unía.