
Hoy se me olvidó
que te olvidé,
y quise entonces devolver
los besos que te debo,
escribir el verso que te prometí
y repasar de nuevo
la lección de la vida
escrita en tu piel.
Sólo que la misma vida me tocó el hombro
y recobré la memoria.
Fe
No soy digno de que entres
en mi corazón,
pero un segundo tuyo
me basta para ser feliz.
No soy digno de que entres
en mi corazón,
pero un segundo tuyo
me basta para ser feliz.
3 comentarios:
Hola, liiindisimos. Voy a recomendar tu blog. Es hermoso
Adriana
Me emocionó este poema, es precioso y tiene un algo de dulce humildad que encanta. Un abrazo amigo poeta. Magda
Olvido, EXCELENTE. Parece el retrato fisico de algo abstracto. Bien, Victor.
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