martes, 12 de octubre de 2010




MARILYN

Gracias, Marilyn,

por mantenerte eternamente joven y bella

en la memoria y en el corazón de quienes

inexorablemente nos hacemos viejos.

Te amamos así de hermosa, con el cutis terso,

bella, llena de vida,

siempre joven, siempre sensual

ícono inmortal.

Tu mirada de niña buena

tus rizos de oro, como de doncella de cuento,

están allí detenidos en el espacio,

lugar perpetuo de todos tus días.

Marilyn, despensa de placeres y lujurias,

diva amada y odiada,

amante secreta de hombres anónimos.

Hoy, gracias a la muerte, te seguimos viendo joven

aunque a nuestras ansias

las haya cansado el tiempo.

Gracias, Marilyn,

por mantenerte eternamente joven y bella.