jueves, 5 de julio de 2007

Divinidad

Dios bendiga
el movimiento altanero y vanidoso
de tus caderas,
exótica operación matemática
que suma y multiplica pasiones.
Dios bendiga tus caderas
y sus alucinantes curvas pecaminosas
que parecen salidas
del Cantar de los Cantares.
Caderas que son reclamadas a gritos
en las calles por donde transitas,
caderas que cada noche
convierto en grupas
y monto para conquistar la vida
y abandonarme por completo al placer.


5 comentarios:

sandy rossi e dijo...

Que buen poema...tiene, al igual que lo otros, lo sutil y sublime del erotismo...

Alexander.

Miriam Jaramillo dijo...

De visita en tu blog.Es un placer leerte.Sinceramente.

maría magdalena gabetta dijo...

Me encanta tu erotismo delicado. Este poema es simplemente maravilloso. Con gusto pondré un enlace en mi blog para que mis lectores te visiten. Un abrazo. Magda

Anónimo dijo...

Es muy difícil la poesía amorosa, la poesía erótica; pero tus textos dejan traslucir talento y sensibilidad en este tipo de creaciones.
Un saludo.

Anónimo dijo...

lindo, maravilhoso, vou levando par ao meu blog.

bjos

saudades de ti, meu poeta preferido

beijos
yllenah