MANDALAS POEMAS

MANDALAS

Los mándalas son diagramas o representaciones esquemáticas y simbólicas del macrocosmos y el microcosmos, utilizados en el budismo y el hinduismo. Estructuralmente, el espacio sagrado (el centro del universo y soporte de concentración), es generalmente representado como un círculo inscrito dentro de una forma cuadrangular. En la práctica, los yantra hindúes son lineales, mientras que los mándalas budistas son bastante figurativos. A partir de los ejes cardinales se suelen sectorizar las partes o regiones internas del círculo-mándala.

IMAGEN

Imagina que no existe el cielo
Es fácil si lo intentas
No hay infierno bajo nosotros
Sobre nosotros sólo hay cielo
Imagina a toda la gente
Viviendo para hoy
Imagina que no hay países
No es difícil de hacer
Nada por lo que matar o morir
Y religiones tampoco
Imagina a toda la gente
Viviendo la vida en paz
Dirás que soy un soñador
Pero no soy el único
Espero que algún día te unas a nosotros
Y el mundo será como uno
Imagina que no hay posesiones
Me pregunto si puedes
Sin necesidad de avaricia o hambre
Una hermandad de hombres
Imagina a toda la gente
Compartiendo todo el mundo
Dirás que soy un soñador
Pero no soy el único
Espero que algún día te unas a nosotros
Y el mundo será como uno

John Lennon

PALABRAS DE ARENA

MANDALAS: NOSTALGIA Y MELANCOLIA

POR: ORLANDO ENRIQUE BARRIOS GARCIA

Exhibiendo robustas metáforas, estructuras semióticas éstas de las que más evidencias encontramos en sus versos, el poemario inédito “Mandalas” del comunicador costeño Víctor González Solano, devela mas allá de la palabra connotante, la intención prestidigitadora de su autor por esconder al lector el universo de esperanzas, ausencias, alegrías y dolores que como una vorágine, parece estaba a punto de devorarlo si no es porque la poesía llega a su rescate.

La impresión que nos deja la reciente lectura “Mandalas”, es la de un texto sin pretensiones intelectualistas, pero cargado de una sensibilidad poética capaz de mostrarnos que la existencia no es más que un devenir, donde cada uno de nosotros plasma su obra en el lienzo de su propia historia; la misma que seguramente estará plagada de los elementos existenciales propio de lo humano. Por ello el miedo, el deseo libídico, la ansiedad, la idolatría, los amores platónicos, la ausencia de los seres amados y de la infancia ya lejana, además de los rincones de la vieja casa donde se nace y el teatro pueblerino “vestido de amarillo como un manojo de girasoles”, desfilan ante el lector como cuadros colgados, algunas veces con muchos colores, luz y vida; y otras provistos de un gris sombreado gigante y totalitaristas.

En fin, Víctor González en este su primer libro de poemas, nos embarca en un viaje llevándonos a breves escalas hasta el erotismo, el amor, los recuerdos, la melancolía y la imperecedera nostalgia, testimoniando con ello, que la poesía no es otra cosa que la vida misma.

Me ha sido encomendado escribir acerca del autor. Tarea muy fácil si dispusiera del espacio suficiente para dibujarles con palabras estos más de 24 años de construcción de la amistad con Víctor González y de la tarea como testigo de su crecimiento como ser humano.

Podría bastar con reseñar la información de siempre: nacido en Fundación (Magdalena) en el mismo año que yo. Comunicador Social, periodista, egresado de la Universidad Autónoma del Caribe creativo, conductor y esencia del programa radial Viaje Latinoamericano, único en su género en la Costa Atlántica, que se ha mantenido al aire durante 18 años. VIGOSO, como lo llamamos sus amigos desde siempre, y que es una sigla de su nombre VICTOR GONZALEZ SOLANO, ha ejercido desde distintos escenarios su labor como generador de palabras e ideas: como maestro, locutor, escritor en diarios importantes de la región, promotor de la cultura en la ciudad de Barranquilla, Puerto Colombia y…tal vez tendría que agregar muchos más datos biográficos.

Pero a Víctor González Solano hay que describirlo desde el espíritu, los sentimientos; desde el alma, la vida, los sueños; desde la solidaridad, la tristeza, la alegría; desde las angustias, los errores y también desde la reivindicación de los mismos. Incansable buscador de respuestas y de caminos para la palabra, de canales para llevar los sentimientos. Apegado al recuerdo de la sencillez de una vida pueblerina donde los afectos nos forjan al hombre y a la mujer para enfrentar la vida y al mismo tiempo, cargado de recursos para seguir siendo él en el asfalto de una ciudad como Barranquilla. El pensamiento y los sentimientos de Víctor pueden fluir en fracciones de segundos entre los olores del patio en la casa de la abuela y las elucubraciones sobre las teorías de la comunicación. Desde el vívido amor sentido por él o por los que están a su lado y confundirse con el respeto a los célebres que lo han resignificado, los personajes mitológicos, los titanes, los héroes visibles y aquellos que escribieron la historia con tinta indeleble en las páginas de su vida.

Víctor se hace niño, se hace hombre, se hace hermano, cómplice, amante. Como las olas del mar profundo mantiene su ritmo permanente: viene y va pero nunca es el mismo. Se renueva en cada partida, se reconstruye y se revitaliza con la energía que retoma de la historia, de la vida, de la música, de quienes le rodean. Ha realizado su propia campaña creativa para lanzarse como alcalde y como presidente, diseña sus afiches, armas sus lemas y programas políticos. Conociéndolo como yo lo conozco no creo que sean sus afanes por el poder lo que lo impulsa a tener estas ideas. Más bien su vocación de servir, de apoyar, de empujar de emprender y de dar alas sueltas a la realización de sus ideales de equidad, de justicia, del Reino del Dios en el que cree y en quien confía.

Esto es Mandalas. Es uno de sus sueños realizados. El de cantarle en versos al amor, a los amantes, a los amigos. Con una profunda ternura evoca desde lo erótico los más insondables sentimientos y expresiones de los amantes. Aquí Víctor descubre creativamente su corazón, su capacidad de eternizar el amor sin hacerlo vulgar.

Deseo, desde lo más profundo de mi corazón que esta obra que tiene e sus manos trascienda también su piel, sus sentidos su cordura y su locura y se atreva a hacer suyos algunos de estos versos para su amada o para su amado. Estoy segura que Víctor estará complacido si así lo hace. Puede copiarlos, cantarlos, leerlos en voz alta, susurrarlos a un otro, o a otra. Adáptelos, agréguele, transfórmelos. Siempre que usted haga estos versos parte de la gran fiesta por la vida, los derechos de autor dejarán de ser reservados.

Bienvenidos a la vida a través de las palabras de Víctor González Solano.

Aydee Marín P